Informe de conclusiones: Foro Rural Clima – Ribera del Duero 2022

Encuesta previa

En aras de tomar el pulso a la percepción ciudadana de la crisis climática en la Ribera del Duero, efectuamos una encuesta previa al comienzo del Foro. Obtuvimos 10 respuestas de una variedad de perfiles, la mayoría a título individual pero también representando a empresas de ingeniería o a asociaciones de la región. De forma visual y resumida, estos son los resultados, pregunta por pregunta:

1. ¿Cuánto afectan los siguientes impactos del cambio climático a la Ribera del Duero?

Otros impactos que consideras relevantes:

Sin duda, impactos como el aumento de temperaturas o las sequías, al igual que la pérdida de biodiversidad, están afectando claramente a la Ribera y la población lo sabe. Otras consecuencias más indirectas como los efectos en la salud o las migraciones aún no se conocen tan bien.

2. ¿Cuáles crees que son las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero (causantes del cambio climático antropogénico actual) en la Ribera del Duero?

Otras fuentes de emisiones relevantes:

Respecto a las fuentes de emisiones de la economía regional, no se conocen las principales con la misma claridad que los impactos. Aunque sí se destacan de forma generalizada el transporte y la agricultura, existe una elevada dispersión en el resto, especialmente en torno a la generación de electricidad, los cambios de uso de suelo, el sector residencial o la industria. Se intuye falta de información y formación en la materia.

3. ¿Cómo puedes tú y/o tu entidad reducir sus emisiones y adaptarse a los impactos climáticos? ¿Qué necesidades tenéis? ¿Qué podéis aportar a las soluciones?

A nivel de soluciones se intuye una marcada diferenciación entre personas que ya están trabajando en la materia, en sectores y áreas específicas, y personas concienciadas probablemente pero que aún desconocen cómo ser parte de la solución. Esta distribución refleja un público objetivo adecuado para el Foro.

Conclusiones del Día 1 (jueves 30 junio): Co-creación con agentes clave de la Ribera

El primer día del Foro se materializó en un taller práctico enfocado en el trabajo colaborativo entre los agentes sociales y económicos de la Ribera del Duero, con objeto de determinar los retos socio-ambientales derivados de la crisis climática (impactos) en la región, las fuentes de emisiones (causas) y las estrategias de acción por el clima (soluciones) en el mundo rural. La metodología utilizada se conoce como “Bosques por el clima”, en torno a tres momentos: 1. Impactos climáticos: tronco de los árboles; 2. Causas sectoriales y comunes: raíces cortas y profundas conectadas con otros árboles; y 3. Soluciones sectoriales y sistémicas: ramas cortas y largas conectadas con otros árboles. Se diferenció siempre entre dos ámbitos: mi entidad (en la que trabajo o contribuyo, o bien en el ámbito familiar en el caso de participación a título particular) y la Ribera del Duero en su conjunto (territorio y población).

Estos son los resultados recopilados de la co-creación facilitada:

1.Impactos: impactos ambientales de la crisis climática. Impactos sociales derivados

Como ya se atisbó en la encuesta, en general se conocen bastante bien los impactos climáticos y sus consecuencias, signo inequívoco de que la crisis climática ya está aquí y afecta mucho al mundo rural, su economía y modos de vida. 

2.Fuentes de emisiones de GEI (“sectores” contaminantes). Causas profundas de las emisiones (económicas, socio-culturales…)

El análisis de las causas de la crisis climática resultó muy satisfactorio, pues además de identificar algunos de los principales sectores contaminantes de la región (transporte, agricultura y ganadería industrial o deforestación), enseguida se pasó al nivel profundo de causas comunes o sistémicas, resaltando el modelo económico de la globalización y el consumismo como raíz del problema, así como la falta de políticas a la altura o de concienciación social. Sólo una persona mencionó las desigualdades y dos señalaron a la superpoblación, indicando que aún existe un gran desconocimiento de la fuerte correlación entre crisis climática y las crecientes y grandes desigualdades, tanto en causas como en consecuencias, y no así tanto con el nivel de población.

3.Soluciones sectoriales de resiliencia (mitigación y adaptación). Soluciones sistémicas de resiliencia (causas profundas)

La metodología nos condujo por la vía adecuada, retomando las causas comunes detectadas previamente en aras de pensar en las soluciones sistémicas que las aborden todas conjuntamente. Así, se habló de repensar el modelo socioeconómico abandonando el consumismo, desde la educación, con acciones individuales y colectivas, incluidas las de las grandes empresas e instituciones políticas a nivel local/regional. También se vio la necesidad de priorizar la regeneración o regeneración del entorno, bastante degradado ya. En general faltó tiempo para trabajar en detalle la parte de soluciones tal y como ya se había anticipado diseñando el Foro como un primer momento de una conversación más amplia y de un proceso duradero que esperamos desencadene una transformación a la altura de la sociedad y economía Ribereña desde mecanismos de democracia directa y participativa. 

Conclusiones del Día 2 (viernes 1 de julio): Diálogo con las instituciones

Tras la bienvenida, se expusieron brevemente las conclusiones del Día 1 en términos de los retos socio-ambientales, causas y posibles soluciones a la crisis climática en la Ribera. Acto seguido, el foco se puso en la ciencia con una ponencia magistral:

“La crisis climática y el mundo rural” – Elena López Gunn, directora de ICATALIST y autora del IPCC

Elena realizó un alegato en pro de la ciencia, herramienta clave para conocer la realidad y guiar nuestros pasos, junto al compás de la equidad, la perspectiva del multilateralismo y el puente de la cooperación internacional. Nos presentó el 6º y último informe del IPCC (Panel de Cambio Climático de las Naciones Unidas), donde el creciente conocimiento científico nos brinda nuestra mejor comprensión hasta el momento del cambio climático, integrando como nunca ciencias naturales, ecológicas, sociales y económicas, y produciendo nuevos hallazgos y mensajes clave como: 

Elena enfatizó también la dimensión esencial de la equidad, muy presente en su grupo de trabajo del informe (GT 2 – Impactos del cambio climático, adaptación y vulnerabilidad):

Entrando ya en materia de soluciones, se pone en valor el concepto de “desarrollo sostenible resiliente al clima” que combina adaptación y mitigación, y conlleva beneficios adicionales en términos de salud, equidad y biodiversidad, en particular: 

Por sectores, comenzando por el agroalimentario, uno de los más vulnerables y de especial relevancia para el mundo rural, existen diferentes opciones efectivas para mejorar la seguridad alimentaria como son las mejoras en los cultivos, la agroforestería, la diversificación de explotaciones y paisajes, el fortalecimiento de la biodiversidad y la adaptación basada en comunidades. En el caso del agua, es el sector que más medidas está tomando ya. De los modelos existentes el más viable es el agroecológico. Los beneficios de la transformación son amplios, más allá de la resiliencia climática, en términos de seguridad alimentaria y nutrición, salud y bienestar, y garantizar un medio de vida.  De los informes regionales se extraen conclusiones adicionales como:

Hablando del agua, elemento esencial para toda actividad humana y para la vida en la Tierra en general: 

En lo que concierne a la energía:

Finalmente, Elena habló con grata satisfacción de la Asamblea Ciudadana para el Clima, de cuyo consejo asesor científico ha formado parte. 100 personas diversas, representativas de la sociedad española, durante 6 meses han formado parte de un proceso (online) formativo y deliberativo, alcanzando 172 medidas de acción y justicia climática que han recomendado a las instituciones políticas nacionales. A Elena se le iluminó el rostro de color esperanza al compartir sus positivas sensaciones respecto a este pionero proceso: “cuando la gente deja de lado las pequeñas diferencias, etiquetas y colores políticos, y se une para trabajar por el bien común, se llega a resultados muy sensatos y la democracia funciona de verdad.” Con eso nos quedamos.

Panel “Políticas y estrategias por el clima y la repoblación rural en Europa y España”

Tras la exposición de la percepción social y la ciencia climática, turno de las instituciones, en aras de establecer un diálogo con la ciudadanía que allane el camino de la transición. Comenzamos con el nivel macro, repasando las políticas y estrategias frente a la crisis climática y la despoblación en Europa y España. A tal efecto, contamos con Carmen Marqués, coordinadora en España de la Red de Embajadores del Pacto Climático Europeo; Juan González, jefe de comunicación de la Representación de la Comisión Europea en España; Ana Pintó, consejera técnica de la Oficina Española de Cambio Climático; y Cesar García, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y embajador. Gracias a la facilitación de Isabel Silva, representante en Galicia de la Red, debatimos sobre las siguientes cuestiones:

De forma sintética y en boca de las propias participantes:

Carmen Marqués, coordinadora en España de la Red de Embajadores del Pacto Climático Europeo: 

“Tanto España como Europa están desarrollando las políticas y estrategias necesarias para hacer frente al cambio climático y el reto de la despoblación en el mundo rural, pero la tarea no es fácil porque el desafío es inmenso, a menudo existen intereses contrapuestos y el contexto internacional es cada vez más complicado. El Pacto Verde Europeo era la prioridad número uno de la Comisión Europea presidida por Ursula Von Der Leyen, hasta que llegaron la pandemia y la guerra en Ucrania. Aun así, sigue siendo la brújula que marca la dirección de las medidas que se deben tomar para hacer frente a estas crisis. El Pacto Verde Europeo establece como objetivo que Europa sea el primer continente climáticamente neutro en 2050 y ofrece un nuevo modelo económico respetuoso con el medio ambiente. Otros dos objetivos del Pacto Verde son potenciar el crecimiento económico disociado del uso de los recursos y que nadie se quede atrás evitando que los más vulnerables sean marginados en la necesaria transición ecológica. Tanto en Europa como en España disponemos de una ley sobre el clima y ahora se está discutiendo en Bruselas todo un paquete legislativo (Fit for 55) desarrollando el Pacto Verde Europeo que ha sido propuesto por la Comisión Europea y que deberá ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros este otoño.

En un contexto internacional económico y social cada vez más difícil, las instituciones deben mantener el rumbo hacia una transición ecológica justa, defender el interés común, establecer un sistema que facilite el cumplimiento del Acuerdo de París, acompañar a la ciudadanía ante el reto climático, apoyar al sector privado en el desarrollo de una economía verde, etc. Para ello es necesario que: 1) participen de forma responsable en las negociaciones internacionales sobre los objetivos a nivel global; 2) que adopten la legislación necesaria para el cumplimiento del Acuerdo de París; 3) que vigilen su cumplimiento a través de los tribunales; 4) que ofrezcan subvenciones para facilitar la transición ecológica; 5) que adopten una política fiscal que ofrezca incentivos a las actividades no contaminantes; 6) que construyan las infraestructuras apropiadas (transporte público, carriles bicicletas, cargadores eléctricos…)

Menos mal que estamos en Europa. Europa es algo más que un mercado, como hemos podido apreciar durante la pandemia y la guerra en Ucrania. Es un proyecto político y un espacio solidario en el que la transición ecológica justa es un pilar fundamental. Europa y España están asumiendo sus compromisos climáticos pero no va a ser nada fácil.”

Juan González, jefe de comunicación de la Representación de la Comisión Europea en España:

“La Comisión Europea destaca que, además del Pacto Verde Europeo, el marco estratégico europeo que aborda conjuntamente las cuestiones de la despoblación y el cambio climático es la “Visión a largo plazo para las zonas rurales de la UE 2040”, que da entidad propia a las cuestiones rurales y reconoce en particular el problema de la despoblación generado por los cambios sociales y económicos de las últimas décadas, como son la globalización y la urbanización. La visión también señala que para afrontar el reto de la despoblación y aprovechar las ventajas de las transiciones ecológica y digital, se necesitan políticas y medidas adaptadas localmente. A mediados de 2023, la Comisión hará balance de las medidas financiadas por la UE y los Estados miembros que se hayan llevado a cabo y programado para las zonas rurales. Un informe público, que se publicará a principios de 2024, determinará los ámbitos en los que es necesario mejorar el apoyo y las finanzas. Los debates en torno al informe contribuirán a la reflexión sobre la preparación de las propuestas para el período de programación 2028-2034.”

Ana Pintó, consejera técnica de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC – MITECO): 

“Por parte de la OECC (Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, MITECO) se expusieron ejemplos de cómo se están implementando algunas medidas y acciones concretas recogidas en el marco normativo y de planificación de acción climática a nivel nacional (Ley de Cambio Climático y Transición Energética, Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y Plan Nacional de Adaptación y Cambio Climático, fundamentalmente) y cómo, a su vez, abordan o contribuyen al reto de la despoblación en el mundo rural. Así, entre otros ejemplos, se mencionó el papel de la futura Política Agraria Común a través de los Eco Regímenes o las intervenciones de desarrollo rural, el despliegue de las renovables en el territorio, la economía circular y la bioeconomía, la digitalización, el teletrabajo o la rehabilitación de viviendas en el mundo rural.

Por otro lado, se destacó que el Plan Nacional de Adaptación recoge para todos los ámbitos de trabajo sectoriales, una línea transversal sobre la componente territorial de la vulnerabilidad, reconociendo que los rasgos de cada territorio pueden traducirse en diferencias en los riesgos climáticos que les afectan a la vez que se pone también de manifiesto la importancia del medio rural para conservar los servicios ambientales que prestan los ecosistemas, algo que es clave para las políticas de adaptación a los impactos del cambio climático en el medio rural y para todos los sectores.

Adicionalmente, se explicó que el MITECO está llevando a cabo diversas acciones para avanzar en el reto demográfico, en donde el eje de la transición ecológica está muy presente, y que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España para canalizar los fondos destinados por Europa a reparar los daños provocados por la crisis del COVID-19 y, refuerza y acelera todas estas cuestiones.

Por último, se destacó el gran número de estudios y proyectos que se han desarrollado en los últimos años desde el sector vitivinícola, tanto para la reducción de la huella de carbono como para la adaptación a los impactos del clima y la relevancia de esta información para otras regiones.”

César García, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y embajador de la Red:

“En primer lugar, quiero destacar que el Foro Rural Clima se ha demostrado como un espacio de diálogo, discusión y contraste de ideas y experiencias fundamental. Esto es debido a que entre las personas participantes, a título personal o como representantes de diferentes actores locales o regionales, se destacaba la falta de espacios para dialogar sobre sus problemas, dificultades y necesidades reales.

Una conclusión relevante ha sido la percepción del cambio climático como una amenaza real, especialmente sus consecuencias en el sector agrícola y ganadero, sin embargo, aún se identifica una falta de concreción de los riesgos enfocados a nivel región o municipio, que sería necesaria para el diseño de una estrategia de adaptación al cambio climático de escala regional.

Otra demanda destacada ha sido la falta de recursos, ya sea personal o estructuras de apoyo, para competir en proyectos europeos y acceder a programas y ayudas por parte de las empresas y entidades locales. De igual manera, se identifica que determinadas ayudas específicas carecen de estrategias más amplias que realmente integren estas mejoras en el territorio y al mismo tiempo permitan dar continuidad a las mismas, como puede ser la inversión en tecnologías renovables en el contexto rural, el desarrollo de producciones ecológicas, el mantenimiento de la ganadería extensiva, etc.”

Conclusiones del panel a cargo de la facilitadora: Isabel Silva, embajadora de la Red:

“Los ponentes hablaron de los diferentes planes y estrategias donde los retos de la despoblación y el cambio climático en el mundo rural están siendo tratados. Falta mayor claridad y un lenguaje sencillo, adaptado a personas no acostumbradas a la terminología utilizada, de cara a que comprendan mejor qué es y cómo afecta el cambio climático a su entorno, qué herramientas están disponibles y cómo les pueden beneficiar, para por ejemplo, impulsar el empleo joven y la retención de talento, la recuperación de trabajos artesanales que se están perdiendo por el envejecimiento de la población, la mejora de las conexiones con las grandes urbes o el desarrollo local. Una figura relevante a tal fin sería la de la persona embajadora rural que visibilice las necesidades de los pueblos, así como las soluciones innovadoras y proyectos concretos que atraigan inversión y mejoren la economía de la Ribera del Duero.”

Panel “Acción local por el clima y la repoblación rural: municipios y regiones”

Acto seguido, aterrizamos en lo local, compartiendo y poniendo en valor lo que se está haciendo y falta por hacer en términos de acción climática a nivel de municipios y regiones en España, y en particular en la Ribera como siempre. Así, contamos con Victor Irigoyen, coordinador del Observatorio de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) en Fundación CONAMA; Luis Naveira, Director de la Oficina Verde de la Universidad de Burgos (que no pudo venir por motivos personales de última hora); Olga Maderuelo, Concejala de Promoción y Desarrollo del Ayuntamiento de Aranda de Duero que fue sustituida por su compañero Carlos Fernández, Concejal delegado de Deportes y Medio Ambiente; y Mónica Ibáñez, co-fundadora de Ecos del Duero. Gracias a la facilitación de Antonio Aguilera, secretario de la Fundación Savia y embajador de la Red, debatimos sobre las siguientes cuestiones:

De forma sintética y en boca de las propias participantes:

Víctor Irigoyen, coordinador del Observatorio SbN en Fundación CONAMA:

“Desde la Fundación Conama se expusieron las dificultades que expresan las entidades locales para actuar y adaptarse frente al cambio climático. Si bien existen cada vez más herramientas relacionadas con la acción climática – documentos, líneas de financiación, proyectos piloto, etc.- los profesionales de las administraciones locales tienen dificultades relacionadas con sus limitados recursos humanos y la capacitación de los mismos, al disponer de equipos muy reducidos que tienen que atender a múltiples problemáticas ambientales (cambio climático, movilidad, residuos, espacios verdes, etc.), lo que dificulta el acceso a financiación o ser partícipe de los procesos participativos.  En muchas ocasiones, las herramientas o proyectos pioneros que existen están diseñados para grandes ciudades, lo que dificulta su replicabilidad en el entorno rural.

Un contexto de despoblación aumenta aún más la vulnerabilidad de las regiones rurales: la propia pérdida de los recursos personales y el envejecimiento de la población limita la capacidad de resiliencia de sus poblaciones, limitando la capacidad emprendedora y resultando cada vez más complejo mantener unos servicios públicos mínimos (relacionados con residuos, carreteras, gestión hídrica, acceso a salud y educación, etc.)

Sin embargo, la España rural constituye un territorio clave para la sostenibilidad de España en su conjunto. Las grandes ciudades son dependientes de una fuerte importación de recursos que, en un escenario de transición ecológica, deberían obtenerse de las fuentes más cercanas, frente a los impactos que se producen en los mercados globales. Además, la infraestructura verde, el patrimonio natural y cultural son un valor nacional, por lo que se considera que su conservación no debe recaer sobre las poblaciones locales, sino que son una responsabilidad conjunta de la población española.

En consecuencia, se considera esencial que se avance hacia procesos de gobernanza que favorezcan la participación efectiva de las entidades locales y les den soporte para emprender su acción climática; se considera clave el desarrollo de estrategias a nivel regional que permita asegurar los servicios públicos y su adaptación frente al cambio climático, de modo que estas regiones puedan ofrecer posibilidades de desarrollo personal y económico en igualdad de condiciones que las urbes. Por último, deben generarse mecanismos financieros que permitan apoyar los costes derivados de la conservación de servicios e infraestructuras (gestión forestal, mantenimiento de pistas, etc.) que resultan fundamentales para la conservación del patrimonio común.

Finalmente, se apunta a la importancia que tendrán los recursos forestales y agrícolas en un contexto de economía circular, donde los nuevos requisitos normativos están obligando a que las empresas exploren la utilización de nuevos materiales alternativos al plástico, existiendo numerosos proyectos que están innovando en este sentido.

Desde la Fundación Conama se pone a disposición de las entidades locales el Observatorio de las Soluciones basadas en la Naturaleza (sbn.conama.org), plataforma con multitud de recursos sobre infraestructura verde y SbN; además, se recuerda que las administraciones locales pueden inscribirse en Conama de forma gratuita con un representante, pudiendo inscribir representantes adicionales a un coste reducido.”

Carlos Fernández, Concejal delegado de Deportes y Medio Ambiente – Ayuntamiento de Aranda:

Carlos comentó diversas iniciativas impulsadas por el Ayuntamiento de Aranda de Duero en materia de sostenibilidad e innovación, algunas dentro del marco de la Ciudad Europea del Vino 2022, como el uso de iluminación LED en las riberas de los ríos urbanos, o un sistema LED domotizado para el barrio de La Calabaza. También la red de calor con biomasa, en marcha desde septiembre de 2019, con 12 MW de potencia podría dar servicio a 5.000 viviendas y edificios públicos cuando alcance su máximo desarrollo. La red generará 40 millones de kWh de energía térmica al año, consumiendo 12.000 t/año de biomasa local, dejando de emitir 11.000 tCO2/año a la atmósfera. 

En el ámbito de la gobernanza y la co-gestión, destaca los huertos urbanos adjudicados, y sobre todo el foro de participación ciudadana para el diseño de la nueva Agenda Urbana 2030 dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno estatal. 

Mónica Ibáñez, co-fundadora de Ecos del Duero:

“Dado que este Foro busca fomentar conjuntamente la repoblación y la acción climática en el mundo rural, para lograr esto, es imprescindible, en mi opinión:

1. Dinamizar la producción, elaboración y comercialización de alimentos nutritivos sin tóxicos, vía:

2. Acabar con actividades molestas, nocivas, tóxicas y peligrosas en el medio rural, para lograr así espacios de auténtico bienestar, que regenere la salud de las personas. El silencio como valor único e inconmensurable.

3. Y por supuesto dejar de modificar el clima con fumigaciones de metales pesados y exigir al gobierno unos “Cielos limpios”. El Carbono no es el problema, los metales pesados y los tóxicos ambientales sí.

4. Por otro lado, la construcción sostenible y bioclimática debería ser más apoyada y fomentada, para dejar de derrochar recursos. Se ven muchos diseños muy modernos pero poco funcionales y saludables, también en el medio rural, que no tienen en cuenta estos aspectos claves del hogar. Los materiales como la paja, el barro y la madera deben recuperar su gran valor como recursos locales y de bajo impacto.”

Conclusiones del panel a cargo del facilitador, Antonio Aguilera, secretario de la Fundación Savia y embajador de la Red:

“Se ha puesto de manifiesto el creciente interés de las administraciones públicas por la puesta en marcha de políticas que frenen el despoblamiento rural a la vez que las acciones públicas sean cada vez de menor impacto. Sin embargo, también destaca lo incipiente de la idea, la dificultad para alinear voluntades y conseguir recursos, a la vista en la enorme distancia conceptual que existe con las personas que están volcadas con proyectos de sostenibilidad.

La comarca de la Ribera del Duero ya está siendo afectada por la crisis climática provocada por el ser humano. Los sectores productivos, sobre todo el vitivinícola, ya lo han percibido y están reaccionando, prueba de ello es la compra de tierras en las zonas altas; pero se echa muy en falta una estrategia de territorio y una verdadera alianza de las administraciones públicas en sus distintos estamentos.

El Pacto Verde Europeo y sus estrategias de biodiversidad y de la granja a la mesa están marcando unos objetivos muy claros, pero su vocación no se está viendo aún plasmada en el territorio. En España parece que de nuevo nos quedamos en el vagón de cola de estas medidas.

Para abordar un problema con decisión, el primer paso es reconocerlo. El Ayuntamiento de Aranda de Duero así dice que lo está haciendo, pero, ¿ha declarado por ejemplo la emergencia climática en su pleno? Sería sin duda un primer paso esencial para ello (La Red de embajadores podemos ayudar a solicitarlo). Por eso, las personas que están concienciadas, e incluso alarmadas, en la práctica son pequeños héroes locales que necesitan el respaldo de la mayoría que asiste impasible a una globalización que puede llevarse por delante lo más valioso del territorio. ¿Es, por ejemplo, de recibo que se instale a lo grande un restaurante de comida rápida americana en la capital del lechazo? Es el tipo de cuestiones que deben hacernos reflexionar.

Fortalecer los mecanismos de participación ciudadana como mejora de la gobernanza es una acción necesaria, imprescindible diría yo. Dar voz a la gente del territorio, generar alianzas sociales de los distintos agentes (ciudadanos, empresas, asociaciones, etc.), mejorar el conocimiento y la conciencia para compartir decisiones y responsabilidades sería, a mi modelo de ver, una línea de acción clara en la Ribera del Duero. Hay que lograr que se visualice la situación y tratar, a partir de ahí, que seamos parte de la solución en lugar de ser parte del problema o, peor aún, fiar al futuro incierto o a fuerzas externas que vengan a arreglar un problema que es ya demasiado complejo.”

Ponencia inspiradora: “La Agrivoltaica, parte de la solución”, por Imanol Olaskoaga de Powerfultree:

La Agrivoltaica consiste en instalaciones de energía solar fotovoltaica sobre terrenos de cultivo de diversa índole, como pueden ser los viñedos en la Ribera, compartiendo espacio (en vez de competir por el suelo), para compatibilizar la actividad agrícola con la producción de electricidad; generando beneficios mutuos como la preservación de la biodiversidad, el sombreado frente al aumento de temperaturas por el cambio climático o la protección frente a plagas. Con el asesoramiento de Powerfultree, Los Gabielistas van a proceder a realizar una instalación piloto en sus viñas de La Aguilera, de cara a analizar en detalle su impacto y viabilidad, y proporcionar también energía a dicho término municipal próximo, en aras de contribuir a la economía local.

Otros proyectos de resiliencia climática de San Gabriel:

Además de la planta de agrivoltaica mencionada en La Aguilera, San Gabriel mantiene un fuerte compromiso con la sostenibilidad y la resiliencia climática desde el ejemplo propio. Así, recientemente ha puesto en marcha un pionero proyecto de eficiencia y energías renovables, combinando mejoras en el sistema de calefacción, con solar fotovoltaica, aerotermia y geotermia, para eliminar su dependencia del gasóleo y por tanto sus emisiones de CO2 en climatización y consumo eléctrico, caminando además hacia la autosuficiencia energética. 

A futuro, está desarrollando un ambicioso biodigestor que genere energía renovable a través de los desechos de las granjas porcinas, básicamente obteniendo hidrógeno para combustible a partir de los purines, un claro ejemplo de economía circular. El proyecto cuenta con el respaldo de inversores privados y llevaría asociado una fuerte componente de I+D+i en el Centro Tomás Pascual, posicionando así a la Ribera del Duero en este campo.

Conclusiones finales a cargo de Jesús Iglesias, fundador de SBNCLIMA y director del Foro:

“Lo primero que se ha podido constatar es que los impactos de la crisis climática ya están aquí, en nuestro ámbito más cercano, la gente los conoce y generan preocupación pues afectan a la economía de la Ribera del Duero y a los modos de vida de su población. Entre los impactos más nombrados resaltan la sequía, las olas de calor y altas temperaturas en general; así como su influencia sobre la agricultura, viticultura y la propia salud humana. 

El primer objetivo del Foro se ha cumplido con buena nota por tanto: pasar del ámbito individual al colectivo, poniendo en común los problemas para desde ahí actuar con una visión compartida de la Ribera del Duero que queremos. En este sentido el Foro se pensó como un primer momento para comenzar esa conversación y ese proceso, involucrando cada vez a más actores clave. Y así ha sido un buen inicio.

El siguiente paso consistió en el análisis profundo de las causas. A nivel sectorial enseguida se identificaron el uso excesivo del vehículo privado individual, o la agricultura y ganadería industrial como fuentes significativas de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel local y regional. Ganando en profundidad e interés, el debate se centró en las causas profundas y sistémicas, donde se llegó a la nítida conclusión de que la raíz del problema yace en la globalización económica y el consumismo en que se basa. Una globalización que afecta especialmente al medio rural, a la agricultura, ganadería y biodiversidad: la gran industria agroalimentaria globalizada, sustentada sobre insumos químicos y combustibles fósiles, con vasto consumo energético y poca mano de obra, esquilma la biodiversidad agrícola (variedades tradicionales más adaptadas al clima local) y natural, deja sin márgen a las pequeñas productoras y elimina oficios tradicionales como el pastoreo y la ganadería extensiva, contribuyendo por tanto a la despoblación rural.  En torno a la dimensión cultural, se hizo amplia referencia a los cambios de modos de vida hacia el individualismo y consumismo, citando por ejemplo las compras online a grandes multinacionales en detrimento del pequeño comercio local y del empleo por tanto. De nuevo misión cumplida en relación al objetivo de análisis crítico del paradigma socio-económico actual: el cambio climático como síntoma de algo mucho más profundo.  

En este punto, a caballo entre impactos, causas y soluciones, la luz de la ciencia proporcionada por el último informe del Panel de Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC) y en boca de Elena López Gunn, nos dejó un mensaje inequívoco, duro y esperanzador al mismo tiempo: la ventana de oportunidad para hacer frente a la crisis climática y ecológica se cierra, quedando una década de acción efectiva aproximadamente; pero aún es posible elevar la ambición a la altura del reto, las soluciones existen y están a nuestra disposición, como las soluciones basadas en la naturaleza y la localización económica, y además tendrán beneficios adicionales muy positivos para la salud, equidad y bienestar de todas. Debemos escuchar a la ciencia, actuar unidos con urgencia y no dejar a nadie atrás. 

Entrando ya en las soluciones y teniendo en cuenta que, dado el limitado tiempo disponible para esta compleja tarea, el Foro no pretendía más que activar el proceso y esbozar algunas ideas de partida, se vió un compromiso sólido con la acción, con el cambio a nivel individual, denostando el nivel de concienciación medio-alto de las participantes. No obstante, el menor hincapié en la dimensión colectiva y de justicia social, puso de manifiesto la falta de conocimiento sobre el concepto de “responsabilidad compartida pero diferenciada”, pues si bien todos somos parte del problema, las vastas desigualdades existentes, tanto a nivel de causas como consecuencias de la crisis climática, implican que son las personas y entidades que más contribuyen al problema (por ejemplo, tan sólo 100 grandes empresas son responsables del 70% de las emisiones históricas) y con más capacidades las que más deben aportar a la solución. Es el pilar principal de una verdadera transición justa y requiere de una sociedad civil organizada y movilizada que demande el cambio además de serlo en primera persona. Sin duda tenemos que trabajar más en esta dirección.

Al hilo de lo anterior, la ansiada transición justa que vertebre territorios y empodere al mundo rural y sus gentes, sólo puede resultar de un proceso de gobernanza verdaderamente inclusivo, participativo y vinculante. Éste y no otro era el último objetivo del Foro y su continuación: vislumbrar la senda de la democracia directa, a imagen de la Asamblea Ciudadana por el Clima extrapolada al ámbito municipal, como mecanismo horizontal de análisis (asesorado por personas expertas), debate y toma decisiones por consenso, y no solo sobre acción climática, sino sobre la gestión en sentido amplio del bioterritorio: la Ribera del Duero. Lo decía Elena y lo hemos observado en el Foro, las personas, sea cual sea nuestra condición, somos capaces de dejar a un lado polarizaciones y pequeñas diferencias, para centrarnos en lo que nos une: el bien común. Que así sea. Comenzamos.”

Apariciones en prensa

Fotos